BOLETIN DE NOTICIAS de MOVIDA AMBIENTAL

Leo Hernández
Una de las críticas más socorridas a los legisladores es que a veces son muy alegres otorgando su placet a iniciativas que terminan siendo más negativas que positivas para la colectividad. De ahí el cuento de “corroboro”, que dibuja al congresista complaciente que no estudia ni analiza para dar su voto. Obviamente, todo esto es parte del entramado montado para censurar el papel congresional de frente a la premisa de que los legisladores (diputados y senadores) al ser electos por el voto popular en la Republica Dominicana han de representar los intereses del pueblo.
Está circulando, vía la internet, una relación que muestra cómo votaron los diputados al conocer el contrato del Estado dominicano con la Barrick Gold para la explotación de los yacimientos mineros de Pueblo Viejo, Cotuí. Llama mucho la atención en ese listado no solamente el número de congresistas ausentes en la sesión definitiva, sino el de los que al momento de votar prefirieron optar por la abstención. Entre estos últimos hay verdaderos turpenes en el ejercicio legislativo, de todos los partidos con representación en la Cámara Baja, y eso hace suponer la existencia y puesta en práctica de una estrategia que bien pudiera resumirse en abstención pero con quórum. ¡Je, je, je!...
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